Add parallel Print Page Options

Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido,
    la maldición sin motivo jamás llega a su destino.

El látigo es para los caballos,
    el freno para los asnos,
    y el garrote para la espalda del necio.

No respondas al necio según su necedad,
    o tú mismo pasarás por necio.

Read full chapter